El Gobierno tucumano informó la semana pasada que se adquirió un nuevo transformador de potencia de 60 MVA que, con una inversión de $ 2.400 millones, reforzará la capacidad de suministro eléctrico para 175.000 habitantes en el sur de la provincia. “Su potencia representa un 10% del consumo promedio de la provincia, lo que impactará positivamente en la estabilidad y la calidad del servicio”, dijo el director de Energía, Diego Bertini.

El transformador, uno de los 17 que ya tiene Tucumán en distintas localidades, permite avizorar mejoras en la prestación de energía antes de un año, mientras se espera que este año se puedan apreciar los beneficios de los trabajos para repotenciar la estación transformadora que opera la línea El Bracho-Cevil Pozo -ya mejorada en un 10%-, así como se espera, también, que se inicie en algún momento la ampliación de la línea de alta tensión de El Bracho-Villa Quinteros, que estaría operando aproximadamente tres años después de que comiencen las obras.

A estas buenas noticias se añade el hecho de que a fines del año pasado se logró poner en funcionamiento en la Central Independencia dos turbinas que habían sido sacadas de servicio meses antes. Con ello se esperaba que se aminorara el riesgo de cortes y apagones en el verano.

Precisamente al haber transcurrido la ola de calor se han hecho estimaciones de cómo pasó la temporada, que ha tenido altos picos de consumo -con un récord de 871 megavatios a fines de febrero, mes en el que hubo cuatro cortes- y algunas emergencias como la salida de línea de un cable subterráneo que la empresa de transporte Transnoa había inaugurado hace cuatro meses. La distribuidora EDET debió recurrir a la vieja red aérea para restituir el servicio, que estuvo afectado en vastas zonas del área metropolitana durante unas seis horas. No obstante, se ha destacado, que, a diferencia del año pasado,  no se recurrió a los cortes rotativos para sostener el servicio, con lo cual se aventaron los temores lanzados a mediados del año pasado por una funcionaria nacional, que había dicho que la gente iba a tener que comprar grupos electrógenos.

Todo, sin embargo, se debe tomar con precaución. La empresa de transporte no ha adecuado sus inversiones en función del crecimiento de la demanda, razón por la cual una parte sustancial de las crisis periódicas se deben a las fallas en el transporte, que es el eslabón más frágil del sistema. Por otra parte, se espera que en función de la nueva norma (RIGI) pueda haber mejoras en la generación de energía; pero eso está por ahora en el campo de las expectativas.

Estas dos variables -transporte y generación- implican serias limitaciones en un sistema interconectado que tiene un crecimiento exponencial de la demanda. El Gobierno provincial dice tener una planificación para dotar de más nivel y más calidad de energía a todo el territorio, pero sus grandes obras -como El Bracho-Villa Quinteros- dependen de la buena voluntad de la Nación; y el funcionamiento del sistema está atado a las contingencias de todo el país.